Hace unos días platicaba con unos amigos sobre el poder de la imagen en momentos de cualquier negociación.
Y concluíamos que en general se le da poca importancia a este tema, y en muchas ocasiones se pierde la utilidad que la imagen ofrece como herramienta ayudando a generar una experiencia diferente en las conversaciones.
Inclusive, una de las personas que participaban en dicha plática comentaba de que muchos profesionales hoy en día no tienen la sensibilidad para representar su trabajo, al usar un atuendo muy relajado, modales ligeros y sobre todo forma de hablar de su trabajo y sus labores.
Esto pareciera ser contradictorio, pues llevamos muchos años escuchando que el atuendo debería ser casual en todo momento y buscar el “outfit relax” y el lenguaje fresco para desempeñar cualquier trabajo. Lo cual se torno complicado en dicha conversación.
En mi opinión, debemos ser muy cuidadosos por tomar este tipo de concepto y aterrizarlos a un enfoque mucho más adhoc a lo que somos y en el mercado en el que estamos.
Pero ¿qué tanto es tantito?, es la frase que uno del grupo comentaba en dicha discusión, y sobre todo insistía que en tiempos modernos el atuendo ya no es un sinónimo de imagen y mucho menos el lenguaje. Y comentaba que el siendo de profesión financiero, no debía preocuparse tanto como otras profesiones. Agregando que hoy en día los nuevos profesionistas no se preparan tan profundamente en sus presentaciones y pocos se dedican a las ventas. En lo personal no lo veo así, pues todos somos vendedores y todos buscamos desarrollar un impacto en nuestra venta cualquiera que esta fuera.
Desde un niño que quiere convencer a su papa de que le regalen un nuevo juguete, hasta un profesional de las Finanzas que presenta un proyecto al dir general de la empresa para la que trabaja. Todos tienen un potencial enorme para dejar una gran huella en su presentación por mas ligera que fuera
¿Y cómo logramos generar un gran impacto? Por ejemplo, todos recordamos al cineasta Steven Spielberg en una de sus obras mas Famosas: La lista de Schlinder, en donde vemos como dicho personaje se prepara para lograr un permiso para abrir una fábrica y crear un negocio que lo lleve a otro nivel económico, político y social que marcara la historia.
Parece sencilla, pero poderosa la forma de presentar un objetivo. Y en mi opinión de tal forma es como impacta la imagen en todos nosotros, por lo cual aquí enlisto cuales serían los parámetros que hacen que la imagen verdaderamente tome una relevancia total en el que la recibe y la disfruta.
Hagamos una analogía en el teatro y encontremos rubros básicos de una historia que nos ayudará a entender mejor esto:
- Preparación de una historia. Imagina lo que quieres lograr y como quieres que te vean en el futuro, como te gustaría trascender en la historia. Créanme que muy pocas personas se imaginan en realidad su futuro cercano y menos toman acciones para lograrlo. Recuerda como el Sr Schindler pensó en volverse millonario siendo una persona famosa, divertida y sobre todo triunfadora ante un gran grupo de nazis con ansia de poder y riquezas.
- Construye una historia del evento. Está es diferente a la primera; aquí debes visualizar cada evento, como debe caminar la conversación que preparar, que diálogos abrir, etc. Es como si estuvieras desarrollando un guión y el discurso para el evento.
- Crea tu personaje. Es momento de definir quien quieres ser y como quieres que te vean. Recuerda que el atuendo es muy importante y los accesorios alrededor toman una gran relevancia. Aromas, posturas, vestido, entre otras cosas todos los días, son vitales para construir esa persona que quieres ser y como te quieren ver.
- Actúa el guión. Utiliza un diálogo y actúalo, fortalece tus conversaciones. Se coherente con lo que dices, haces y te presentas. Recuerda que no puedes lucir de una forma y hablar de otra forma. Y si tienes que improvisar, hazlo, pero que esto no sea tu hilo conductor.
- Genera un clímax en tus historias. No pierdas el foco de tus conversaciones, y busca puntos que te lleven a generar interacción y discusión sana. Dirige esa discusión hacia donde quieres llevarla y llévala al desenlace cuando tu creas que debe llegar. Recuerda el que dirige la conversación es quién sabe cuando terminar y sobre todo lograr sus objetivos.
- Cierra y confirma el desenlace. Como toda historia, debes concluir las conversaciones, el efecto WOW no debe bajar y si esto pasa, es momento de cerrar.
- Monitorea y da seguimiento. El mayor impacto de una conversación es después de la misma. No pierdas la oportunidad de refrendar lo que debe ser un éxito para ti. Así que no olvides en agradecer el tiempo ocupado y como seguir la conversación en otras instancias.
Con estos puntos, podemos darnos cuenta que cada profesional debe tener una imagen adhoc a su ambiente y estilo. No a todos les quedan los Jeans o Pantalones de algodón. Y mucho menos para tener juntas de trabajo. Y que la impresión que dejen será muy poderosa.
Con esto podemos ver que un atuendo relajado es bueno, pero dentro del mismo aspecto, este puede seguir siendo formal y adecuado a cada ambiente. Por lo tanto el valor que cada profesional le da a su imagen es la forma que impactará en todo momento y la forma de cómo lograrán llegar a sus objetivos.
Y recordemos la imagen no se limita solamente a la apariencia, es mucho mas que eso. La imagen son todas aquellas acciones alrededor nuestro y que fortalecen nuestra identidad. Desde un simple saludo hasta el seguimiento de una conversación.
Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?